POSTPARTO

Hace poco más de 1 año, comencé el camino hacia mi bienestar emocional;  cuando una amiga me hizo notar que mi postparto ya había excedido el tiempo “normal” que debe durar.
Unas semanas después, en el consultorio del pediatra, vi una revista que hablaba de la Depresión Postparto.
Me sentí tan identificada con todos y cada uno de los síntomas ahí expresados…. Y aunque renuente, finalmente busque ayuda profesional y la tuve.

Mi vida ha dado un giro de 180° hoy soy otra persona y disfruto tanto a mis hijas, que quise hacer este post para las mamás que estén pasando por alguna situación similar.

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Unos meses después de que nació mi 3ª hija, todo se sentía desenfocado, dichoso, desordenado, felicidad y tristeza… era todo en uno.

Doménica era pequeñita y perfecta; mi cuerpo aun me dolía por su nacimiento, y yo vivía en mi cuarto. Claro que había el delicioso olor a mi bebé recién nacida, lactancia materna exclusiva, mucho piel con piel, apapachos y era una sensación del cielo en la tierra.

Y aun así mi mundo se sentía como una montaña rusa, en especial en las primeras semanas y hasta mucho tiempo después.  La sensación de aislamiento y estar fuera del mundo, hasta de mi propia familia dentro de la misma casa. Habían muchas emociones que aún no puedo explicar, me sentía culpable, sobre todo por mis otras hijas, depresión, ansiedad, y todo esto además del dolor físico. En un momento estaba de lo más feliz, y el siguiente en un agujero negro en el que no encontraba salida, y yo solo quería desaparecer. Ya sabía que estos sentimientos en ocasiones son normales las primeras semanas y les dicen “Baby Blues” pero cuando dura más de unos meses se considera Depresión Postparto, y cuando llegamos a este punto es cuando debemos buscar ayuda, ya que la depresión postparto puede quitarnos uno de los momentos más felices de nuestras vidas y por eso es muy importante hablar con alguien, ya sea tu pareja, doctor, un terapeuta o con todos ellos.

Pero también es muy importante tener en cuenta estos puntos:
•Cuidarnos y dejarnos cuidar.
•No apresurar a nuestro cuerpo.
• Aprovechar toda la ayuda disponible.
•Comunicar nuestro sentimientos.

Dome, hoy celebro tus primeros meses de vida y todos los días doy gracias a Dios porque Él sabía que tú nos hacías falta para completar esta familia.

Con este post no busco simpatía, por lo contrario, es para crear conciencia de que cualquiera puede estar pasando por esto. Y si hay alguna mamá que se siente identificada: No estás sola, existe ayuda y además va de la mano con tu maternidad, lactancia, vida laboral y/o del día a día.

 

Según elpais.com .- La depresión posparto es la patología materna más frecuente. La sufren al menos una de cada 10 madres en países industrializados, el doble en países en desarrollo, según la OMS. Algunos expertos elevan el porcentaje hasta el 35%. El estigma que arrastran las enfermedades mentales, y en este caso, por partida doble al producirse en un momento en teoría feliz, hacen que esté infradiagnosticada. “Las madres no lo suelen decir espontáneamente, y muchos profesionales sanitarios no están formados para detectarla”, explica Ibone Olza, psiquiatra perinatal e infantil.

“El posparto es una etapa de mucha vulnerabilidad a la depresión”

La recuperación, en cualquier caso, es lenta. “Como mínimo cuatro o seis meses”, calcula Sánchez, aunque puede llegar al año, y si no se trata, la depresión corre el riesgo de hacerse crónica.